“No tenemos responsabilidad sobre el Sahara”. Trinidad Jiménez lo dice y lo argumenta con datos, fechas y documentos variados. Expone el Acuerdo de Madrid y ejerce de Pilatos, se lava las manos. Incluso cita párrafos de resoluciones de la ONU de forma textual para fortalecer se exposición. Claro que, lista como se cree que es, se salta en un “despiste” aquéllos que no le interesan, en concreto los que dejan muy claro que España es potencia administradora del Sahara de iure, aunque no lo sea de facto. Todo un ejemplo de cómo manipular la verdad sin parecer tonta, dejando a los demás como tales y esquivando con mucho arte las preguntas de los periodistas, todo bajo un guión establecido que evita cualquier condena sobre la actuación pasada y presente de Marruecos.
“No se puede condenar sin pruebas, pues traería consecuencias” Eso parece claro. Pero no hacerlo por desidia, por intereses bastardos, también puede ser un gravísimo error y una cruel irresponsabilidad. Además, la situación es muy clara: las únicas pruebas aceptadas son las oficiales que vende el gobierno marroquí, ya que nadie puede aportar otras a causa del cerrojo que Rabat ha impuesto en la zona. Sólo existe una versión, interesada y patética, que vende a las fuerzas de seguridad como libertadores, almas cándidas y pacíficas que con las manos desnudas fueron a salvar a los saharauis del dominio de Al Qaeda. De los testimonios sobre violencia y torturas (hoy en El Mundo viene una entrevista a un español torturado que no tiene desperdicio), de los desaparecidos –mejor decir secuestrados-, de las pocas informaciones que consiguen atravesar el muro, no hay que fiarse. Todo es falso, todo elaborado por los racistas periodistas que sólo buscan generar un conflicto. Y de lo que a buen seguro conoce, proveniente de los servicios secretos, como si no existiera.
Mientras, Rubalcaba consuma la traición. Se traga entera la mentira de Marruecos, le da validez y así lo evidencia en una desagradable rueda de prensa en la que expone su cobardía, la cobardía del ejecutivo español. El Gobierno ha elegido el bando en el que va a militar, abandonando al pueblo saharaui a su desdichada suerte, les ha traicionado, les ha vendido a sus ejecutores.
Esto es lo que creo y así lo escribo. Me siento avergonzado, muy avergonzado. Estoy representado por políticos sin principios, sin ideas, sin humanidad, desleales, felones, indignos y renegados seres humanos que van a consentir un genocidio…
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