miércoles, 27 de octubre de 2010

Juguemos a insultarnos

"Ustedes son los adalides y abanderados de las políticas sociales cuando están en la oposición, pero lo olvidan en el Gobierno para ser un partido antisocial y los españoles no olvidan que ustedes se olvidan” Así habló Zaratustra. Perdón, Rubalcaba. Aquéllos que pertenecen, militan o simplemente simpatizan con el PP además de genéticamente distintos y tontos de los cojones (gran definición de Pedro Castro que denota su aguda inteligencia), son enemigos de la sociedad, explotadores sin escrúpulos, destructores de familias y exterminadores de clases desprotegidas.
Las lenguas han salido a pasear. La estrategia política de aquí a 2012 va a consistir en descalificaciones e insultos, menosprecios varios y radicalización extrema de las posiciones. Y, nosotros los españoles, a participar en el juego. La consigna es marcar la diferencia, establecer muros entre dos Españas creadas a beneficio y disfrute de políticos sin ideas ni proyectos: o estás conmigo o eres el enemigo a abatir sin piedad. Recuperar al electorado de izquierdas con mensajes que aludan al sentimiento, para que se olvide la realidad económica y social y así ganar, ganar y ganar, único objetivo de la casta en el poder. Tenemos que odiarnos, oponernos por sistema al que no piense igual, enfrentarnos si es necesario, fracturar aún más si cabe la sociedad. Aquello de juntos podemos arreglarlo arrimando el hombro todos, ha fallecido: nos quieren obligar a militar incondicionalmente en un bando, izquierdas o derechas, como si eso sirviera hoy en día para algo.
Los proyectos casi no existen, y los pocos que hay son lesivos y discriminatorios, golpean donde duele y arrinconan al que no puede defenderse. Ante la ausencia canalla de iniciativas positivas, de soluciones tangibles, sólo queda como medio de supervivencia para los malos profesionales que rigen los destinos del país el recurrir a la calidez del sentir, a la visceralidad de las emociones, a los impulsos ideológicos. ” Ven a mi lado, que te vas a divertir: trabajo no tendrás y lo de pagar los recibos o comer tres veces al día, apáñatelas como puedas, pero desahogarte con el vecino te va a venir de muerte. Ya verás como si le mentas a toda la familia y le añades a los apellidos lo de facha o rojo de mierda, te sentirás mejor, nuevo, libre, realizado.”
Qué se dejen ya de tanta tontería y empiecen de una vez por todas a hacer política, que para eso les pagamos a ellos y a la legión infinita de asesores y parásitos que tienen a su lado. Tienen los medios, están en el lugar preciso y les hemos dotado del poder necesario otorgándoles nuestra confianza. Entonces, ¿qué es lo que falla? Yo lo diré. No poseen ni por asomo la capacidad y la aptitud inexcusables para el desempeño de su misión. Y parece que tampoco quieren adoptar la actitud imprescindible que requiere el momento. Hasta que no nos peguemos entre nosotros no van a parar.

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