Bien. Somos un pueblo maleducado, grosero e insensible, que continuamente demuestra su vergonzoso proceder. No tenemos ni perdón ni formación, no respetamos ni lo más sagrado, deberíamos salir a la calle con bozal y, como borregos sumisos, comulgar con todas las piedras de molino que nos obligan a engullir a destajo. Dado nuestro carácter reaccionario y vulgar, lo más aconsejable es que obedezcamos siempre al guión que establezca el mandamás de turno sin salirnos ni una letra bajo amenaza de sanción y/o condena. Entonces, y sólo entonces, seremos merecedores de consideración por parte de la justa, comedida y gloriosa clase política gobernante, grupo rector que se desvive por nosotros y que es digno receptor de loas y salves por lo majestuoso de su ejecución pública.
Esto es lo que se desprende de las manifestaciones post-abucheos de los miembros de la cúpula socialista. Es tal su determinación para reprimir a los ciudadanos que van a proponer un cambio en el protocolo del desfile del día de la fiesta nacional. El objetivo, por mucho que lo disfracen, no es otro que el de limitar la libertad de expresión y así proteger al jefe de las iras de los españoles. Uno de ellos lo ha definido muy bien cuando ha afirmado que en ningún país del mundo se produciría algo parecido a lo acontecido contra Zapatero, que no contra los caídos por España. Tiene toda la razón: sólo aquí puede darse el caso de que un desastroso presidente y su nefasta cohorte de ministros continúe gobernando después del galimatías social y la hecatombe económica que han provocado. Tenemos lo que tenemos porque no hemos sabido reaccionar en su momento, porque nos hemos convertido en un pueblo dócil y acomodado que empujado por la necesidad ha olvidado su orgullo.
Pero en fin, el año que viene aquellos que asistan al desfile, si las circunstancias sociales y políticas son similares y siguen los mismos lobos al frente del rebaño, ya saben lo que les espera. Esparadrapo en la boca y a recitar lo que la madre superiora ordene. Y al que no lo haga, chivatos pondrá Carmen Chacón para que sea delatado y quién sabe si fichado… Esto sí que es de vergüenza, señor Bono. Esto sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario