Se rompe. Guardar las apariencias y parecer unidos es la consigna dada para y por los actuales dirigentes del PSOE. Pero la realidad es otra. Mientras Leire Pajín asegura que “todo el partido quiere que Zapatero vuelva a repetir como candidato”, los movimientos internos, las manifestaciones de pesos pesados como Guerra y Barrera, las disensiones en Canarias, los enfrentamientos en la Comunidad Valenciana entre Alarte y Barceló y las ya numerosas voces disonantes con la melodía impuesta por el actual aparato, indican con claridad que aires de renovación soplan cada vez más fuertes en el socialismo español.
Provienen de todos los estamentos de la formación, desde las juventudes y las bases, pasando por los más veteranos y terminando con muchos que hasta hace bien poco callaban por respeto y/o temor. Los más cercanos al presidente ya han lanzado la operación de marketing para mostrar un partido fuerte, cohesionado bajo el mando de un mismo capitán. Pero, lo único realmente cierto es que existe un conato de motín a bordo, una rebelión democrática que amenaza, y mucho, con expulsar al señor feudal y su corte de sus dominios. Ni Blanco, ni de la Vega, ni Chaves ni Pajín pueden controlarlo, aunque por la cuenta que les trae lo van a intentar de todas las maneras. Creo que ya no engañan a nadie. Soplan aires nuevos: veremos si huelen a rancio o son frescos y sanos.
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