No está muy afortunado el hombre últimamente. Lo de la otra noche en Telecinco es para estudiarlo con detenimiento y afición, previa ingestión de un par de tranquilizantes no sea que le dé a la aorta por reventar. En sus manifestaciones hay tanto donde meter mano y tan poco donde sacar algo útil, que no sabe uno cómo empezar.
Resulta que tras la marcha del nefasto Corbacho, al que venga a sustituirle como Ministro de Trabajo el presidente Zapatero le va a pedir hacer un cambio en profundidad pensando en los desempleados, porque a su parecer no tienen la atención suficiente y se puede hacer mucho más por cada uno de ellos. Textual. Y se queda tan pancho y tan tranquilo. Entonces, por curiosidad, ¿qué fue lo que le pidió a Corbacho cuando lo ascendió a los altares? ¿Lucir guapo en las fotos?
¿Arruinar el país experimentando con los españoles? Porque ahora reconoce que tanto él como Celestino han estado haciendo el indio, que no han cumplido con su misión, que han destruido empleo a una velocidad desconocida hasta la fecha y que no han pensado en ningún momento en los parados. Igual es que ya me he vuelto tonto del todo y no entiendo el castellano. O igual es que este hombre ya ni se prepara las entrevistas ni piensa lo que dice. Bueno, esto último es más que habitual.
Afirma que no va a reducir el número de ministerios porque no se reduce ningún gasto, y porque hace falta ministros para defender los intereses de España en la UE y en el resto del mundo. Ahora, además de no comprender el castellano, tampoco sé sumar. Hace falta valor para asegurar esto sin que se le caiga la lengua a trozos. Lo que cuestan algunos ministerios y la inutilidad de los mismos es una información al alcance de cualquiera. Y si al frente se colocan personajes como los actuales, pues peor si cabe. Con estos mimbres, pocos capazos. Según Zapatero, España necesita interlocutores de peso para explicar en el exterior su política económica (y en el interior también, porque aquí tampoco sabemos de que va). Un simple funcionario no sirve porque el tema funciona así, tontos, que sois unos tontos. A ver si os enteráis: nos juntamos unos cuantos y destrozamos la vida del resto. Es el sistema que tenemos montado. Vosotros, a producir, votar y callar.
Luego asegura que sus compañeros del PSOE le han dado un apoyo espectacular, de lealtad permanente y de respaldo. Y se lo cree, el tío. Qué grande es. Viene de sufrir un palo en Madrid, de que Alfonso Guerra le lea la cartilla, de que dentro del partido ya se alcen voces de reprobación hacia su gestión, y parece que no se entera, o no quiere enterarse. Lo único espectacular que hay es la facilidad que tiene para manipular las cosas y, después de disfrazarlas, mentir y venderlas con un significado totalmente opuesto al original...
Mejor no continuar con esto. No vale la pena prestarle la más mínima atención. Lo único interesante que puede aportar ya Zapatero es la fecha en la que va a dimitir o, en su defecto, cuándo le van a tirar a la calle.
Lo demás son ganas de sufrir.
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